El regalo secreto de los Aluxes.
Hola, jóvenes aventureros y para los niños de corazón, soy yo, Mot Mot, tu guía con alas, con historias mágicas y ojos que han visto secretos entre las ramas del mundo.
Hoy, en honor al Día de
el Niño, voy a contarte algo que no muchos adultos conocen… una historia verdadera, de esas que sólo se revelan en la selva, bajo la luz de una luciérnaga y el canto de los grillos.
EL NIÑO QUE SOÑABA CON VOLAR
Había una vez, en un pequeño pueblo cerca de un cenote escondido entre ceibas y piedras antiguas, un niño llamado K’in. K’in era curioso como un colibrí y travieso como el jaguar
cuando aún es cachorro. Todos los días después de ayudar a su abuelita a moler maíz, se iba corriendo al cenote para hablar con las piedras, escuchando los ecos del agua y, muy en secreto…
dejar dulces y piedras brillantes en una pequeña grieta de la cueva. No lo decía en voz alta, pero K’in soñaba con conocer a los Aluxes.
Su abuela le había contado que eran pequeños guardianes invisibles, parecidos a niños, que vivían en los árboles, los cenotes y las milpas, y que sólo se dejaban ver por quienes tenían el corazón limpio y la imaginación viva.
El día que K’in se perdió….
Un 30 de abril, mientras los demás niños jugaban en el pueblo, K’in fue más lejos que nunca. Quería encontrar el “Arcoíris en el cenote”, una leyenda local que decía que, justo
al atardecer, si un niño era lo suficientemente valiente, vería un arcoíris surgir desde el agua, guiando hacia el tesoro de los Aluxes: un regalo que sólo un verdadero niño de corazón puro podía recibir.
Pero el sol bajó más rápido de lo esperado. Las sombras crecieron. El cenote se volvió oscuro y el eco parecía reírse de él. K’in se perdió.
Empezó a llorar, pero justo cuando sus lágrimas tocaron el agua… una risa aguda y juguetona resonó. Aparecieron pequeñas luces verdes bailando entre los árboles. Y de entre la maleza salieron ellos: bajitos, con ropas hechas de hojas y ojos que brillaban como estrellas escondidas.
“No llores, K’in”, dijo uno, “nos diste dulces, nos dejaste piedritas bonitas… hoy te ayudaremos. Pero antes, ¡debes jugar con nosotros!”
Y así, entre risas, carreras y juegos que solo los niños de la selva conocen, K’in sintió que el miedo se iba. Al final, uno de ellos le dio una piedra redonda y luminosa, como una canica viva.
“Esto es para ti. Pero recuerda: los adultos olvidan… tú nunca olvidas lo que viste aquí.”
El niño que volvió con un secreto
K’in apareció en el pueblo al día siguiente. Nadie supo cómo volvió. Pero desde entonces, cada Día del Niño, deja dulces junto a la ceiba grande del cenote. Y algunos aseguran que, si vas
Justo al atardecer… verás un arcoíris en el agua. Y si tu corazón sigue siendo como el de un niño… puede que los Aluxes te estén observando, listos para jugar otra vez.
MOT MOT DADOS…..
“Ser niño no tiene que ver con la edad, sino con la chispa que vive dentro. Nunca dejes de imaginar, de reír, de explorar… porque es ahí, donde habitan los Aluxes y la verdadera magia del viaje”.
DINÁMICA
“El tesoro de los Aluxes: solo para los jóvenes y niños de corazón”
¿Quiénes participan?
Niños, niñas y cualquier viajero joven de corazón (sin límite de edad) que visita Mot Mot Travel Agency & Tours en abril.
¿Qué tienen que hacer?
1. Visitar la oficina o contactarse por redes sociales.
2. Compartir una historia corta, dibujo o anécdota mágica inspirada en el blog de Mot Mot (puede ser sobre Aluxes, cenotes, arcoíris o aventuras en la selva).
3. ¡Decir la palabra mágica secreta que se esconde al final del arcoíris!
¿Cuál es el premio o regalo?
Descuento especial en tours seleccionados.
Colgante, gorra playera porta pasaporte o botón exclusivo de Mot Mot, entregado como “el tesoro de los Aluxes”.
Participación en un álbum digital especial de Mot Mot Travel Legends.
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